Diálogos I
Tres tonos de llamada, luego alguien descuelga el auricular, luego hay un silencio perturbador.
- ¿Sí? ¿Buenas noches?
- Buenas noches
- Disculpe usted, ¿a dónde llamo?
Silencio nuevamente.
- Este es el 066, servicio de emergencias del estado. ¿No sabe usted que marcó el 066?
Silencio breve.
- Pues sí, por supuesto que lo sé, ¿no debería usted contestar algo como “Servicio de Emergencias del Estado, ¿cuál es su emergencia?”?
- ¿No me escuchó decirlo?
- No.
- Carajo. Esta chunche ya no funciona otra vez. Usted disculpe, ¿cuál es su emergencia?
- Creo que me picó un alacrán.
- ¿No está seguro?
- Bueno, sí: me picó un alacrán.
Silencio, suspiro.
- ¿Podría indicarme lo que ocurrió?.
- Me levanté por un bocadillo pero no quise encender la luz.
- ¿No llevaba chanclas?
- No, no acostumbro usarlas.
- Ya veo. Continúe.
- Pues eso es básicamente todo, no encendí la luz, no vi el alacrán, supongo que lo pisé, sentí un pinchazo, encendí la luz, le di alcance y lo desbaraté con el primer objeto que me quedó a la mano, que por cierto fue una Biblia. Resulta que yo soy ateo, pero hoy me protegí del mal con una Biblia. ¿No le pasan a usted cosas así? A veces la vida puede ser muy discursiva.
- Yo soy católico, y no sé que quiere decir “discursivo”.
- Eso cree usted.
Silencio.
- ¿Mató al alacrán?
- Efectivamente.
- ¿Puede decirme el tamaño aproximado del artrópodo?
Silencio breve.
- No sé. No soy muy bueno para calcular…
- ¿Del tamaño de una mano?
- ¿De la palma, o de la mano con todo y dedos?
Suspiro.
- ¿De qué tamaño era el suyo?
- Un poco más pequeño que una palma.
- Entiendo. No suena demasiado peligroso.
- No, tal vez no.
- Dígame, ¿presenta usted algún malestar?
Silencio
- Es posible, me parece que el pie se me está hinchando.
- ¿Le duele?
- No mucho.
- ¿Le dolía cuando llamó?
- Cuando llamé me pareció que el dolor estaba por empeorar.
- Y luego no lo hizo.
- No, ¿no le parece una maravilla?
Silencio.
- Entonces supongo que esto no es una emergencia.
- Yo no lo descartaría aún, es decir, no han pasado cinco minutos desde el ataque.
Silencio.
- ¿Le gustaría que transfiriera la llamada a servicios médicos?
- ¿Esta no es la unidad de servicios médicos?
- No, esta es la recepción.
Silencio.
- Tal vez no sea necesario. Si pudiera usted esperar en la línea durante algunos minutos más, sólo para estar seguros.
- Eso sería… poco ortodoxo.
- A mí no me lo parece, usted está cerciorándose de que la emergencia ha concluido, suena como una maniobra rutinaria
- Si usted lo dice.
- Y es mejor que eso que vivir con un cargo en la conciencia, ¿no le parece?
Silencio.
- ¿La presencia de alacranes es recurrente en su domicilio?
- No, o yo no me he percatado. ¿Por qué lo pregunta?
- Si lo desea podríamos solicitar un Servicio de Control de Plagas.
- ¿Sería posible solicitar un Servicio de Verificación de Existencia de Plagas?
- No, dudo que la corporación lo ofrezca.
- Francamente no creo que se trate de una plaga, pero tampoco quisiera desestimar ningún riesgo…
- Use chanclas los siguientes dos días, si no vuelve a haber incidentes entonces no era una plaga.
- No lo sé. Ya le he dicho que no suelo usarlas, ni siquiera poseo un par.
Silencio.
- ¿Quiere el servicio de exterminio o no?
- No hay por qué ser hoscos. Y no, creo que no sería prudente abusar así del estado, es demasiado arbitrario, es demasiado…
- Muy bien, no hay exterminio.
- Pero es bueno saber que el servicio existe…
- ¿Se siente usted mejor?
Silencio.
- ¿Puedo llamar más tarde en caso de encontrar más alacranes?
Silencio breve, suspiro.
- Sí, supongo que sí.
- Pero lo más probable es que ya no me atenderá usted, ¿verdad?
- Efectivamente. En la recepción hay veinticinco operadores.
- Ojalá todos sean tan capaces como usted.
Silencio breve.
- Se lo agradezco. ¿Se siente mejor?
- Mucho.
- ¿Cómo va la hinchazón?
- No parece agravarse.
- Perfecto, ¿puedo servirle en algo más?
Silencio.
- ¿Le gusta a usted su trabajo?
- ¿Qué clase de pregunta es esa?
- Sólo es curiosidad.
- A veces. A veces me gusta y a veces no.
- Ya veo.
- ¿Qué es lo que ve?
- Quiero decir, que puedo imaginarlo.
Silencio.
- ¿Puedo servirle en algo más?
- Lamentablemente no, ha sido usted muy amable. ¿Muchas llamadas en espera?
- No.
- Entonces la noche va tranquila.
- Podría decirse.
- Qué gusto.
- Voy a colgar.
- Espere…
- Diga.
- ¿Le agradecí ya?
- No.
- Muchas gracias.
- De nada.
- Buenas noches.
Silencio. Sonido de auricular que cae sobre el teléfono, sonido de estática. Fin.