martes, 29 de noviembre de 2011

Si Calderón fuera Pinochet...

Si Calderón fuera Pinochet...

Matan a Nepomuceno Moreno, activista por los derechos de las víctimas de la guerra contra la delincuencia organizada. Matan a uno más.


En agosto de este año una noticia chilena le dio la vuelta al mundo: el gobierno del país reconocía 40,000 víctimas de la dictadura de Augusto Pinochet entre los años de 1973 y 1990. La cifra comprende la suma de los casos de detenidos, desaparecidos y ejecutados durante el régimen del dictador, no contempla a los exiliados ni a las familias de las víctimas, y es muy posible que, en cualquier caso, se trate de una cifra minimizada.

Hoy los medios de México (algunos) presentan la noticia de la muerte de Nepomuceno Moreno, otra víctima de la "guerra contra el crimen organizado", emprendida por el presidente Calderón. Caso ejemplar por varias circunstancias: se trataba de un civil no enrolado ni en las listas del ejército nacional, ni en las de los grupos armados insurgentes. En cambio, Nepomuceno fue primero un acuacultor, luego un padre en busca de su hijo secuestrado por la policía, y finalmente un activista por los derechos humanos al lado Javier Sicilia. Moreno fue abatido ayer probablemente por los mismos que perpetraron la desaparición (y la muerte presumible) de su hijo. Su historia se suma así al archivo creciente de historias ejemplares, cada vez más cotidianas y normales, criminalizadas por la autoridad, rápidamente olvidadas por los medios, cada vez más acalladas, pero más insoslayables, y cada vez más trágicas.

La cifra de víctimas mortales de la guerra en México (las víctimas de Calderón) es hoy de más de 50,000, en exactamente cinco años. Esta cifra no considera desaparecidos, ni detenidos, tampoco a los familiares de las víctimas, y seguramente también es una cifra minimizada.

La muerte, la persecución y la aniquilación de los derechos civiles, son la realidad de México, la libertad y la seguridad son un sueño en agonía; el nombre de Felipe Calderón ya está inscrito con sangre en la historia nacional, no hay vuelta a atrás, su gobierno exhibe la peor violencia en el país desde la revolución y una de las tasas de mortalidad por razones políticas (porque la delincuencia es un asunto de definiciones políticas) más altas en América Latina en los últimos cien años, a estas alturas comparable con los cientos de miles muertos en Centroamérica durante la década de los ochenta. El presidente parece no tolerar la competencia del pasado, Pinochet ya le va quedando chico al pequeño Calderón, aún con un año por transcurrir en su infame sexenio: el temible año electoral.


http://www.jornada.unam.mx/2011/11/29/politica/014n1pol

http://www.animalpolitico.com/2011/11/calderon-le-prometio-apoyo-hoy-nepomuceno-esta-muerto/